lunes, 21 de diciembre de 2009

Con una gran "L" a cuestas.

Hoy he ido a mirar el seguro del coche. Me imagino al tipo que prepara estas cosas, debe retorcerse de satisfacción cuando aparece entre sus datos gente como Fulanito García García con una L verde y luminosa en sus partes traseras. Lo veo carcajeándose pensando en cuanta pasta les va a sacar a los desgraciados de nuestros progenitores.

He descubierto pues, por la pasta que le va a rascar la cartera a mi padre, que soy una asesina en potencia y menos mal que tengo dos pechos porque si fuera un hombre hecho y derecho, un Clint Eastwood con 18, me sacarían los dos ojos en vez de uno.

En fin, el caso es que revisando todas las cosas que cubre el seguro he topado con algo increíblemente útil "Limpieza por traslado de heridos" y puesto que las empresas de seguro me elevan al apartado de creadora de accidentes en potencia no he podido evitarlo, me ha venido a la mente. Mirad, mirad que no tiene desperdicio.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Estados de la mente.

He encontrado un cuadro que describe perfectamente la situación de mi cabeza. Sólo quería dejar constancia. ¿Qué veis?

Estados de la mente: Las despedidas. Umberto Boccioni

martes, 8 de diciembre de 2009

Sunday bloody sunday.

Los domingos son aburridos. Los domingos no me peino ni me quito mi preciosa bata de encima. Los domingos como el doble o el triple que cualquier día normal, sobre todo chocolate y palomitas y juraría que saben hasta mejor. Los domingos la frase más repetida en mi casa es "¿Qué estáis viendo?" la contestación no suele llegar nunca, a lo sumo puedes esperar un vago gesto con la mano señalando la tele, y sí, probablemente sea la película horrible de antena 3. Los domingos a media tarde suelo acabar hastiada y para no cortarme las venas me cuelgo del teléfono. Eso si es verano, porque si es un domingo en mes laboral lo que me espera es un mare magnum de todas aquellas cosas que un lejano lunes me dejé por hacer con el claro e irrefutable pensamiento de que todavía tenía toda la semana. Pero no contenta con mi mala organización me encanta ponerme aprueba y ver cual es mi límite, encontrando dos millones de cosas más interesantes que hacer que pasar los apuntes de medieval, cosas que van desde cortarme las uñas hasta entrar en YouTube, lo que puede ser la perdición más horrorosa. Empiezo a pensar que YouTube no tiene fin.

Pero también sirven de bálsamo. Para poner ideas en orden. Para caminar despacio y estar un poco solo y aislado, haciendo recuento de lo que te ha pasado a lo largo de la semana, que a veces viene muy bien. Por lo menos a mí, pero quizá sea porque me gustan en exceso mis propios pensamientos. Los domingos no están tan mal. Por lo menos tienes un rato para charlar contigo mismo.