jueves, 9 de diciembre de 2010

La única diferencia

—Porque era santa –dije, sonriendo.

—Claro, y porque daba pena, igual que tu madre. Yo no sé cómo se las arreglan, pero hay mujeres que siempre le dan pena a todo el mundo.

—Sí, desde luego. Mi hermana, por ejemplo, y a mamá también le pasa, eso es verdad. Yo me apuntaría encantada, te lo advierto –y solté una carcajada–, pero no me sale, nunca le doy pena a nadie, es como las raíces cuadradas.

-¿Sabes cuál es la única diferencia entre una mujer débil y una mujer fuerte, Malena? –me preguntó Magda, y yo negué con la cabeza.- Que las débiles siempre se pueden montar en la chepa de la fuerte que tengan más a mano para chuparle la sangre, pero las fuertes no tenemos ninguna chepa en la que montarnos, porque los hombres no valen para eso, y cuando no queda más remedio, tenemos que bebernos la nuestra, nuestra propia sangre, y así nos va.


Malena es un nombre de tango. Almudena Grandes

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta mucho, mucho...

Natalia dijo...

Qué casualidad que hoy publiques con Almudena Grandes... Relaciones, já :)
(Estoy inexplicablemente angustiada y viendo un capítulo de las Chicas Gilmore de la temporada 1002 en el sofá; algo raro va a suceder...]

Júlia dijo...

Note un subtil paral·lelisme.